martes, 28 de agosto de 2007

La mejor experiencia de mi vida: MOOT 2004 Taiwan.

Cuando se me presentó la oportunidad de asistir al evento lo primero es que pensé fue en un MOOT nacional pero con el triple de gente y como sólo íbamos dos de Venezuela, probablemente tendría muy buenas oportunidades de intercambios de insignias. Después de 13 horas de viaje, y 23 días en el continente asiático, encontré cientos de cosas más de las que pensé, las insignias pasaron a segundo plano.

El idioma era lo de menos, es impresionante ver la cantidad de gente que habla español en el mundo, y gracias a que hablo un poco inglés también, la comunicación no fue un problema. Además, en la mayoría de los casos, el idioma no fue una barrera ante la sed de intercambios culturales que rondaba en el ambiente. Claro, casi el 50% de los 3 mil asistentes del evento eran taiwaneses, así que no conocer a uno, era imposible. Su simpatía característica y anhelo por hacer sentir a sus invitados como en casa, cosa muy difícil, se sentía a toda hora del día, incluso con el impetuoso calor que había.

Al tercer día del evento, aún perdida entre tanta gente empezamos a hacer las rutas y fue allí donde hice el mejor grupo de amigos de mi vida. Nuestro grupo era así: Rui de Portugal, Broko y Fer de México, Denisse de Suiza, Mommed de Egipto, Miah y Gustav de Suecia, Phil de Brasil y yo de Venezuela. Cuando regresé fue que me di cuenta de las gigantes diferencias que podrían existir entre nosotros por ser de países completamente diferentes y pensé que pronto perderíamos el contacto.

Todos se entusiasmaron para hacer el reencuetro el año siguiente, trabajé un año sólo para poder revivir en 10 días todas aquellas cosas que disfrutamos juntos y no dejar marchitar en el tiempo amistades tan especiales.

En agosto 2005, nos reencontramos varios en Lisboa, y fue como si nunca nos hubiésemos dejado de ver. Rui, el de Portugal, se encargó de nosotros por completo: nos buscó para dormir en una residencia scout y conocimos al staff de su grupo que nos adoptaron como otros miembros más.

Al año siguiente me reencontré con Broko de México.

Su grupo y yo nos la llevamos tan bien que dos días antes de regresarme hicieron un campamento sólo por mi y regresé promesada del grupo Scout 13 Asgardh.

Uno de los del grupo trabajaba con cuero y me regaló un banderín de “Honor” que me encantaba y lo utilizamos en el grupo para premiar a la mejor patrulla.


A diferencia de mis expectativas iniciales hoy en día gracias al MOOT, cuento con: 110 insignias internacionales, 17 pañoletas internacionales, uniforme scout de China y México, cientos de fotos, experiencias para toda y mi vida y amigos, hermanos scouts en muchos países del mundo.
Colaboración de
Scter María Virginia Velazco
Grupo Henri Pittier - Avila - Metropolitana

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